La Biblia

La Biblia ha sido el libro de más increíble demanda y, por tanto, es el que más se ha vendido en la historia. Ha tenido más lectores que todos los otros libros del mundo juntos. El Antiguo Testamento, que comprende el Génesis, Jueces, Salmos, etc., fue escrito en un lapso de nueve siglos antes de Cristo; y el Nuevo Testamento, formado por los Evangelios, los Hechos de los Apóstoles, algunas Epístolas y el Apocalipsis de San Juan, fue agregado en el primer siglo de nuestra era.

Las más famosas versiones inglesas son: la Versión Autorizada del Rey Jacobo y la de Douai-Rheims. La primera es conocida por el nombre del monarca, porque Jacobo I de Inglaterra auspició la revisión de los textos hebreos y griegos y las traducciones inglesas anteriores. Tal revisión fue hecha por 47 teólogos, en un período de 10 años (1604-14). La segunda fue empezada por la Iglesia Católica Romana en Inglaterra y fue completada en 1609.

La Biblia ha sido traducida a 1.151 lenguas y dialectos. En Latinoamérica se encuentran curiosas traducciones indígenas, como la del Aymarás (Perú), Caribes (Antilles), Guaraníes (Río de la Plata), Mosquitias (Nicaragua y Honduras - 1905), y Nahuatl (México).

En castellano se han hecho numerosísimas versiones en todas las épocas. La más moderna y completa es la de Monseñor Juan Straubinger, que fue publicada por primera vez en Buenos Aires entre 1948 y 1951.

La Biblia propiamente no es un libro, sino una biblioteca. Es la historia de un pueblo de poderosa raigambre racial, en sus luchas por alzarse de la esclavitud a la libertad. Es un libro de guerra y de paz; de poesía y drama; de odio y miedo; de angustia y esperanza; de amor libre y matrimonio; de nacimiento y muerte. Y es el libro del perdón de los pecados y la promesa de una vida eterna.

Cada lector, o lectora, encuentra siempre en sus páginas algún pasaje que después le es favorito, por aludirle hondamente. Y, tal como los individuos, las agrupaciones hallan también en él su lema apropiado, el pensamiento y las palabras que sintetizan su índole colectiva y el objetivo de sus ideales. Los pasajes nuestros son los siguientes: "Confía en el Señor y haz el bien, y tendrás fundamento sobre la tierra y serás verdaderamente alimentado" (Salmos 37,3) - "Si puedes creer, al que cree todo es posible" (San Marcos, 9-23).

N.T.A.