Con Mi Esposa en el Umbral

martes 03 septiembre 2024 | Napoleon Tercero A

Quello che ti ho detto nell'altro mondo…

(Lo que te dije en el otro mundo…)

Hoy me he quedado absorto mirando el calendario.
“Agosto 10” – La fecha de un nuevo aniversario,
la inolvidable fecha de tu fatal deceso.
Para mí, ya la muerte dejo de ser dilema.

Pienso, pues, en tu vida, tu vida que fue un poema,
un poema con su punto final: mi último beso.

Reconstruyo la escena de aquel trágico día,
y algo en mí se rebela inconforme, efervescente.
Aquel chofer del auto que te golpeo en la vía,
y el hábil cirujano que fue tan negligente,
son recuerdos que el alma me queman todavía…

¡Es que era tan unida tu vida con la mía,
que yo fui atropellado también en tu accidente!

Sin embargo, esa humana reacción tan enojosa,
me dura; cual relámpago súbito, un segundo.
Y como tras el rayo la lluvia fecundante,
yo perdono los males terribles de este mundo,
y ese perdón - tu sabes - es la mística rosa
que en las ondas del éter yo te ofrendo galante.


II
Il tuo svegliare

(Tu despertar)

Te sorprendió, sin duda, no verte ya en la cama
en que tu cuerpo ha poco sufría su derrota.
Te desesperaste en medio del viejo panorama
que tú ya conocías, y no en región ignota
adonde comúnmente se cree que van los muertos…
Donde estaban tus miembros yaciendo atormentados?

Donde estaban mis ojos, pensativos, abiertos,
llorando porque estaban los tuyos ya cerrados?

Después, ya más intensas tus fuerzas perceptivas,
empezaste a ver vidas latentes, temblorosas,
que al paisaje le daban confusas perspectivas
en razón de la cuarta dimensión de las cosas…

Los metales, las piedras, toda materia inerte,
por sus auras magnéticas te parecían vivas,
yuxtapuestas al frio concepto de la muerte.
La misma luz vibraba de modo prodigioso,
realzando los matices de pájaros y flores!
y el mundo parecía más grande y más hermoso,
envuelto en esa gama infinita de colores…
qué importancia tenían las cosas más sencillas!
cuan sublime lo ínfimo! ¡Que grande lo pequeño!
Como Alicia en el raro país de maravillas,
te creíste en el aire bajo la acción de un sueño.

Fuera de espacio y tiempo, después buscaste, en vano
a través de los lentes de tu criterio humano,
la explicación de muchos fenómenos extraños.
Sin el cerebro, estaba tu pensamiento intacto;
mas, no obstante, era inhábil para evitar engaños,
Yo me toco y me palpo… quiero verme, y me miro…
A ver, dame tu mano… también siento la tuya!

Mi sugestión, yo creo, puede ser la que influya,
porque si yo no quiero respirar, no respiro…
A veces tengo miedo de que mi ser concluya
- que horrible seria eso! – y se volviera nada.
No sonrías, que en marcha estoy viendo ese proceso!

No ves que se me escapa la materia pesada?
que yo no tengo obstáculo y todo lo atravieso?
que penetro en las casas por la puerta cerrada?
no ves que voy quedándome tan mínimay diluida,
que a la luz fácilmente se le veda la entrada
mientras que a mí no hay nada en verdad que me la impida?

Yo te oí decir siempre - y hoy también - que “la Muerte
es parte de la vida”… (Ya ves, no lo he olvidado);
“que un dado, cuando rueda, siempre es el mismo dado,
no importa en qué carilla lo detenga la suerte”.
Tú has dicho muchas cosas - como todos los poetas -
más o menos exactas, más o menos bonitas.
Pero hoy estoy ansiosa de verdades concretas,
verdades que te consten - no las que están escritas -
y que puedan bórrame las sombras con que lucho…
Amor, te he demorado… Principia que te escucho!


III
“Vagliami il lungo studio e il grande amore”

(Válgame el largo estudio y el gran amor)

Los astros y las flores, en cielos y praderas,
cambian constantemente, son cosas materiales.

Pero no mueren nunca las luces siderales,
como tampoco mueren jamás las primaveras.

Se renuevan las formas que son perecederas,
pero no la substancia que es eterna y perdura.

¿Te acuerdas de tus trajes y de tus costureras?
Otros nuevos no dieron más realce a tu hermosura?

Pues igual ha pasado con tu cuerpo de raso.
Tus ojos – bellos astros – ya tuvieron su ocaso;
los purpúreos claveles de tu sangre ya inerte,

tus células de lirio, tus átomos de rosa,
están ahí marchitos bajo la fría losa,
para triunfo de tu alma y derrota de la Muerte.

Se acabó tu vestido corporal que de hinojos
yo adore tantos años, sin eclipse ni mengua.
Se hizo oscuro mi cielo sin la luz de tus ojos.
Sin tu voz, el silencio paralizo mi lengua…

Más la tiniebla, el llanto y el trémulo silencio,
todo el dolor – instinto posesivo y humano
herido por la pérdida – huyo porque era vano.
Y la verdad eterna – de Dios – que reverencio.

sustituyo a la pena cobarde del que olvida
que porque tienen alma los hombres tiene vida,
si no serían maquinas, objetos, simples “cosas”…

Y que esa vida – esa alma – no puede quedar trunca,
y cual la primavera y la luz, no mueren nunca,
aunque cesen los cuerpos, los astros y las rosas!

Sin ti – sin tu alma eterna – tu cuerpo se consume.
Tu espíritu es la esencia sutil, maravillosa!
Sin el no valen anda tu clavel, ni tu rosa…
Que orgulloso me siento de tener su perfume!

Mi vida, saturada de tu alma, es un pañuelo
en que dejo su aroma tu espíritu impalpable.

Qué triste es la creencia de que te has ido al cielo!
La verdad verdadera – de Dios – es más amable,

porque ahora tu escapas de la Naturaleza;
y tus pies, ya sin carnes, no pueden estar fijos
a alguna inconveniencia que te mantenga atada,
y libre como el viento te mueves con presteza,
y estando a cada instante, más cercade tus hijos,
tendrás el privilegio de convertirte en su Hada.

Qué importa que a un millón de ignorantes no le cuadre
la negación de un cielo, como lugar extático,
a donde va toda alma que fue juzgada buena?
La muerte no suprime el amor de esposa y de madre,
y en tal virtud, el cielo católico y dogmático,
para ese amor sería más bien una condena.

Yo sé que si te hubiese formulado la oferta
de dejar este mundo con sus caros amores,
a cambio de irte a un cielo feliz después de muerta,
no hubieras renunciado jamás a tus afectos,
y hubieras preferido este mundo y sus dolores
por estar con nosotros (con goces o sinsabores,
disfrutando virtudes o aguantando defectos)
que irte a gozar con santos y músicas y flores…

Yo también, por mi parte, sin vacilar te digo,
que un cielo no sería mi más feliz abrigo,
si debiera dejarte, llorando abandonada…
Que ley moral seria ese cínico egoísmo
del propio goce, a trueque del ser a quien amamos?
Que santidad es esa? Que fe descabellada,
salir fuera del cuerpo, cruzar el hondo abismo,
para alcanzar un premio a la vez que desechamos
nuestros justos amores, como si fueran nada?
Aquel que ama a los suyos como se ama a sí mismo
para que quiere un cielo, venturanza o nirvana,
si ha de dejar su dicha en la tierra lejana?

IV

En este mundo, el vulgo común, mayoritario,
hecho a la realidad material que le domina,
juzga la Vida eterna, delicada y divina,
con un criterio obtuso, superficial, gregario.

Y es natural que el vulgo fanático así sea.
Su razón es opaca, minúscula y sensoria.
Le huye a la metafísica y tiembla ante la Idea
que podría destruirle las que anda en la memoria.


Esa simbología de la pena y la gloria
y del más allá, se adapta mejor a su criterio.
y el Dios antropomorfo de la judaica historia
que vieron los antiguos surgir entre el sahumerio,

(no obstante que el Apóstol San Juan, con frase clara,
dice que ningún hombre le ha visto a Dios la cara)
es la Deidad que tiene metida en la cabeza
y es la que hallar espera detrás del cementerio…
Más cuando el vulgo cruza los velos del misterio,
y encuentra que la Vida, en su insólita grandeza,
los vastos horizontes de su miraje amplia,
- como un paisaje que antes nos parecía estrecho,
y hoy desde lo alto veos su inmensa lejanía -
le rebasa la mente, le sobresalta el pecho,
sobresalta su mente, le rebasa su pecho,
y al fin, sobre las sombras de muchas decepciones,
brilla para él una amplia y mejor filosofía,
que es alba venturosa de un venturoso día!

Tu y yo, que ya sabemos del más allá, reímos
del errado criterio del mundo en que vivimos.
A ti, que hoy eres libre y más pura y más hermosa!
A ti, que estas más viva que yo que no me he muerto,
o bien te consideran inmóvil en la fosa,
o te suponen lejos en el espacio incierto.
Y a mí, que estoy atado por materiales células
- crisálida que un día será aurea mariposa -;
a mí, muerto que en cripta de músculos reposa,
(aunque en astral supere, volando, a las libélulas)
me tiene en la lista de vivos verdaderos…
(Qué tal si ahora me vieran hablando con mi esposa!)

-“El Orbe es muy inmenso, complicado y extraño…”
-dijiste, de profunda emoción sobrecogida.
-Por eso no se puede medir desde el peldaño
en que el hombre se mueve – te conteste – La vida
la va viviendo el vulgo en un perpetuo engaño…
Como el barco repleto que sobre el mar navega
mostrando la tercera parte de su tamaño,

porque lleva escondida en el agua la bodega,
así el Orbe nos muestra su parte más pequeña,
velándonos el resto de la verdad divina,
que es más que lo que el simple profano se imagina,
que lo intuye el sabio y lo que el santo sueña.

Ese resto es el mundo en que no cree el dogmático,
pobre miope que tiene a desenfoque la retina;
es el mundo que niega cualquier pastor fanático,
igual que el comunista perverso de la esquina.

Es el mundo invisible… Este físico mundo,
sin él sería un mundo de escasas dimensiones.
Su límite sería, tocante a lo profundo,
el fondo de la hondura que dan a los panteones.

Sin el mundo invisible, ni la Naturaleza
hubiese creado el Orden, el Ritmo y la Belleza.
Sin leyes, ni propósito claro y definido,
sería el Orbe un caos tremendo y arbitrario.


Los átomos no piensan…Como es que se han reunido,
entonces, en el astro gigante y solitario
que gira sin soportes en el abismo?
Quien combina los ciclos, las razas, los colores?
Quien asocia el proceso de un múltiple organismo?
Si el fruto da semillas y las semillas, flores,
no vuelven estas flores a convertirse en frutos?
No hallamos que la causa que produce un efecto,
no es sino un pensamiento que realiza un proyecto?
Si son, tales proyectos, cañones absolutos,
que fuerza los impone? ¿Y que es lo que obedece?
es la materia bruta que sin conciencia crece?
Si la atracción es fuerza y la fuerza es energía,
esta no es invisible como es lo que la guía?
Y aun la materia misma, no huye y se desvanece
hasta hacerse invisible, cuando la ciencia humana
por estudiar sus formas ulterrimas se afama?

Sin el mundo invisible, seria Dios un mito,
con las tres dimensiones que posee una roca.
Limitado, sin fuerza, sin espacio infinito,
sin idea en la mente, sin el Verbo en la boca!

La carencia de reglas no produce Belleza.
Sin Belleza no hay música, ni arte, ni poesía.
Si Dios no fuera Poeta, no tendría cabeza…
y yo, sin Dios ni versos, tampoco la tendría!...

Sin el mundo invisible, ni el amor ni los besos
unirían a los seres con poderosos lazos.
El amor duraría lo que duran los huesos,
y su fuerza seria la fuerza de sus brazos.

Y serias tú, ahora, para mí, inexistente.
Y aun si tu alma estuviera para siempre en el cielo,
te tendría perdida por lejana y ausente,
tú, estrella y yo el gusano arrastrándome en el suelo!


Pero, no. Tú que vives a pesar de estar rota
tú física envoltura tú física envoltura que aun añora mi lira;
tu, que dejaste el mundo lo mismo que la gota
de vapor deja el cielo para volverse nube,
sabes ya que la muerte no es más que una mentira,
y que el muerto no baja, sino al contrario: ¡sube!
Después veras que el Orbe es eterna sinfonía
baja la hábil batuta del Conductor Egregio…
Que dicha que tú nota dulcísima y la mía,
Dios las puso en la pauta dentro de un mismo arpegio!


V

Arcana coelestia

(Misterios o secretos del cielo)

Muchas veces te he visto contemplando los cielos,
rebuscando en lo arcano las verdades concretas.
En las mil y una noches de mis grandes desvelos,
eso mismo yo hacía cuando tú, con recelos,
me llamabas al orden: -“Nunca aprenden los poetas,
que el desvelo continuo la salud debilita,
que es pésimo que el sueño no tenga horas completas,
que el bienestar más vale que una página escrita?”
Y yo te digo ahora: Nunca aprenden los “muertos”
que a Dios no se le busca con métodos inciertos,
que es errada, en el mundo invisible, la manía
de cotejar cuestiones de la Vida infinita?
No abarcara tu mente los cielos que estás viendo!
El propio Ego es el solo poder que a uno le auxilia
en los planos abstractos. Las verdades, Emilia,
no se encuentran pensando. Se descubren sintiendo.
La mística es más alta que la Filosofía.
Intérnate en ti misma, en tu propio sentimiento.
El fervor es riqueza, moneda de alcancía,
y un inútil derroche de fuerza el pensamiento.

La razón es muy corta para tan grande alcance.
A Dios solo lo puede enfocar el instrumento
de tu intima conciencia en que Amor y Fe, acoplados,
-microscopio con lentes en perfecto balance-
te hagan ver en ti misma los mundos ignorados.

Imposible es que puedan los peces del océano,
comprender la grandeza del líquido elemento
en que ellos están libres al par que aprisionados.
Idéntico es el caso el humano
que ocupa el Orbe e ignora sus porqués y sus conos.
Como dijo San Pablo a los griegos asombrados:
“Dentro de Dios vivimos, nos movemos y somos”.


No siga, pues, sondeando tu mente los abismos,
que Dios no se halla lejos. Está en nosotros mismos…
Todos los que le buscan – tu y yo, los más pequeños-
si con el microscopio de amor lo contemplamos,
lo veremos del mismo grandor de nuestros sueños,
y brillando de acuerdo a la luz con que le amamos!

Napoleón Tercero Amador

New Orleans, LA
Agosto del 63.

Napoleon Tercero A Signature