Jesus Medico

Una imagen de Cristo me acompaña
en las horas incógnitas del sueño.
Cabellera lumínica, castaña,
los ojos garzos y el mirar risueño.

Tiene el manto en gracioso desaliño;
y una mujer de singular belleza
de hinojos a Sus pies, sostiene un niño
exánime y vendada la cabeza.

Del infante en las sienes, blanca palma
de la divina mano esta posada
para darle salud al cuerpo magro.

Y en las pupilas de la madre, el alma
trasluce en el fulgor de la mirada,
el pronto advenimiento del milagro!

Jesús es el Amor hecho persona!
Jesús es el Poder en forma humana.
Jesús es el Perdón; ¡nunca se encona!
Jesús es la Humildad: ¡nunca se ufana!

Cuando mi cuerpo al sueño se abandona,
mi postrer pensamiento EL se lo gana.
Y Su nombre, también, cada mañana,
es lo primero que mi labio entona.

Jesús no es la abstracción de ningún poeta.
Jesús es la realidad pura y concreta.
Él es universal y enciclopédico...

Y pues cura alma y cuerpo a quien lo clama,
pongo su imagen próxima a mi cama,
para dormir feliz junto a mi Medico!

Napoleón Tercero Amador