Viernes Santo
viernes 18 abril 2025 | Napoleon Tercero A

(De una antigua versión popular)
Este día es Viernes Santo,
el Viernes de la Pasión,
el día del peor quebranto,
día de vergüenza y llanto,
para este mundo malvado,
cuando fue crucificado
nuestro Divino Señor.
Por la vía dolorosa
la calle de la Amargura
(¡Nunca hubo prueba más dura,
más honda y más espantosa!)
Iba la Virgen llorando,
y a la gente preguntando
con acento acongojado:
-”Han visto a mi hijo adorado?”
-”Si, Señora, le hemos visto!
Por aquí ha pasado el Cristo
una cadena arrastrando,
y fuerte soga en el cuello
de la que lo iban tirando”
(De amargo rictus el sello
asoma en el rostro bello)
-”Con enorme cruz al hombro
iba tu hijo caminando…”
(Un relámpago de asombro
se ve en los maternos ojos,
y del dolor sin enojos
va el llanto después brotando)
San Juan entonces le dijo:
-“Caminemos al Calvario,
que a ese monte solitario
ha sido llevado tu hijo!”
-“Corramos…” dice en su angustia
la pobre madre, ya mustia…
Allá, en la pelada cima,
un gran gentío se arrima
formando circulo… En medio,
triste, amoratado, mudo,
sufriendo un bárbaro asedio,
Cristo esta semidesnudo
sobre una cruz, en el suelo…
María y Juan han llegado.
Algunos los han rodeado
diciendo con desconsuelo:
- “Ya es tarde, ¡No hay esperanza!”
Pero María se lanza
para cruzar la barrera
de gente, que cierra el paso;
más detienen su carrera…
- “Es mi hijo de mi alma!” grita;
pero nadie le hace caso,
y con fuerza la sujetan
los fieles, aunque respetan
aquella pena infinita.
Se han oído de repente
unos martillazos secos,
ruido que llevo la brisa
y repitieron los ecos…
Y entre esa bárbara gente
no faltaron inhumanos,
que, con satánica risa,
propalaran en voz alta:
- “Le están clavando las manos
e Hijo de Dios dice que es! ...
!Menos mal que solo falta
que le claven los pies!”
La Virgen escuchó aquellas
insanas voces… Toda ella
se crispó, y ya de rodillas;
- “Sayón que a mi hijo martillas,
es a mí a quien atropellas!”
exclamo como si hablara
con aquel soldado, a solas.
Alguien le cubrió la cara
cuando la cruz levantaron…
!Dos sangrientas amapolas
las dos manos parecían
de Aquel que crucificaron.
!¡Oh, manos que bendecían!
!Oh, las manos que curaron
pupilas que no veían!
Permitieron los soldados
y los fieles se acercaron.
Esos soldados, jugaron
la túnica a los dados…
Se acercó la Nazarena.
Al pie de la cruz, María,
una marchita azucena
ya sin vida, parecía.
Vencida, la Magdalena
también a la cruz tenia
atada su enorme pena…
Juan, el discípulo amado,
para decirlo sin preámbulo,
estaba como atontado,
mirando sin ver, sonámbulo!
Y más allá, entre el reflejo
de aquella tarde funesta,
la chusma haciendo un festejo,
el vulgo haciendo una fiesta
del Viernes de la Pasión,
de aquel Viernes, Viernes Santo,
día de vergüenza y llanto
para este mundo malvado,
cuando fue crucificado
nuestro sagrado Senior!
Napoleón Tercero Amador
New Orleans, Viernes Santo de 63